miércoles 09 May, 2018
“Saben, aprendí a escuchar hasta lo que no me gusta. Hace mucho tiempo que sigo y escucho, aun pareciéndome algunas cosas atroces y ridículas escucho. Pero no solo para saber en qué lugar está el enemigo, porque hablar de enemigo es decir estúpidamente dónde está el otro y tantas ridiculeces e imbecilidades a las que fuimos sometidos.
Hablo del disenso cuando se eleva. Mucha culpa tenemos que tener nosotros cuando discutimos, cuando tratamos de ver qué incorporo y qué entrego. Primero escucho y después aporto. Pero primero tengo que escuchar.
Pero como cada vez escuchamos menos, porque nos ponemos primero sin escuchar y levantamos la voz. Por eso hacemos lo que hacemos. Aun con toda la comunicación que hay, mucho desde los medios de comunicación, ayuda para que cada vez estemos más idiotizados”.